Puede ser que el amor de padre nos ciegue a veces, que veamos sólo la virtud y ocultemos los defectos de nuestros hijos. Pero reconozco que mi hijo Santiago escribe y se expresa muy bien y suscribo, casi en su totalidad, lo que ha escrito en su blog dirigiéndose a Pablo Iglesias. Espero que, ahora que Podemos tiene el poder en muchos pueblos y ciudades y esté a punto de influir mucho más en la vida política nacional, a Pablo Iglesias no le tiemble el pulso o le ciegue la soberbia. Sería una pena.
Carta abierta a Pablo Iglesias, por Santiago Castro