Como un niño con zapatos nuevos

Cada vez se utiliza menos esta frase, porque, por suerte, la mayoría de los niños estrena zapatos con relativa frecuencia. Sobre todo, zapatos deportivos, que son más cómodos y duran más. Antes se le daba mucha importancia a estrenar ropa, llámense zapatos, camisas, jerséis o chaquetas. Esta era la época, fundamentalmente el Domingo de Ramos, en que las familias aprovechaban para comprar y estrenar nueva indumentaria, y también en el Corpus. Ahora, con las rebajas, que se realizan en casi cualquier mes, la ropa de Zara y la de las tiendas chinas, esto ha pasado a la historia y ahora se puede estrenar ropa en cualquier momento del año. Y como se estrenaba muy pocas veces, porque la economía no daba para más, los niños nos poníamos muy contentos y presumíamos de ropa nueva, sobre todo los zapatos, porque esos duraban más y se cambiaban muy de tarde en tarde.

Hoy me han entregado los primeros ejemplares de mi libro LA VIDA ES UN CUENTO. No estaba en casa cuando trajeron el paquete, así que cuando entré por la puerta, me encontré a mi mujer y a mi hija, muy sonrientes y con un ejemplar en la mano. Reconozco que hay emociones complicadas de describir, pero hojear el libro, mi primer libro, contemplar la portada y la contraportada o releer algunos párrafos al azar me han hecho muy feliz y estoy, realmente, como un niño con zapatos nuevos. Aunque ahora que lo pienso, este no es el primero, ya que ese fue ¡Vamos a hacer dibujos animados!, una experiencia educativa que publicó la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, realizada por varios maestros del CEIP Gustavo Adolfo Bécquer, de Montequinto. Otro sueño más cumplido. Hay muchas frases sobre sueños y realidad, pero como soy un admirador de Saint-Exupéry y de su obra El Principito, terminaré con una de sus frases más célebres: «Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad». Uno más cumplido y que se cumplan muchos más.

La presentación se realizará el 20 de abril, a las 7 de la tarde, en el Bar Mutante, en la calle Fresa (una bocacalle de la calle Calatrava, en la Alameda). Si queréis acompañarme y no tenéis planes mejores, allí os espero.

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